Me he dado cuenta, pedaleando, que me gusta Murcia y como alguna vez me dijo una persona muy importante para mi “No me gustaría morirme sin volver a pisar esta ciudad”. Y la verdad, es que es cierto. A mi tampoco me gustaría, he vivido muchos momentos aquí en estos, casi, veintiún años. Con personas que fueron, que son y que serán importantes en mi vida y sinceramente me gustaría recordarlos a todos, los buenos y los malos (aunque esos no tanto).
Siempre he querido salir de esta ciudad, vivir más allá de las “cuatro” calles que para mi, me encierran y me asfixian. Quería huir y hacerlo rápido, me he enamorado de otras ciudades y he comparado y desmerecido mucho esta. Pero supongo que las ciudades son como los hijos, no se pueden comparar porque son muy distintos unos a otros. No mejor ni peores, simplemente distintos y hay que quererlos tal y como son. Y esa comparación se puede usar para millones de cosas.
Aún después de darme cuenta de todo lo que había vivido aquí, he estado sopesando lo que me sigue ofreciendo y lo que no y la verdad es que no se me ha quitado la idea de irme aún. Está claro que soy un espíritu inquieto y que en mi fantasía, estúpida o no, quiero irme. Buscar un empleo, si…lo sé, e independizarme. Me hace gracia, porque dentro de mi cabezonería mucha gente me dice lo duro que es vivir solo y hacerse las cosas, pero aun así yo quiero vivirlo. Porque hasta que no lo veo por mis propios ojos yo no me lo creo.
Así que después de todas estás palabras sin sentido y descoordinadas, os dejo con una canción de un grupo, que no tengo muy claro si los encontré yo a ellos o ellos me encontraron a mi.
