
Desde el momento en el que te conocí resumiendo con prisas tiempo de silencio, te juro que a nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del mundo en querernos.
Por eso esperaba con la carita empapada a que llegaras con rosas, con mil rosas para mí, porque ya sabes que me encantan esas cosas que no importa si es muy tonto, soy así.
Y aún me parece mentira que se escape mi vida, imaginando que vuelves a pasarte por aquí.
Donde los viernes cada tarde, como siempre,
la esperanza dice:
"quieta, y quizás sí..."
Meencantaquehagafrio
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