martes, 3 de julio de 2012

La niña magnética que no sabía crecer. Capitulo 1.

No se crecer. He de aceptarlo, y todos debéis hacerlo conmigo. Estoy aquí para contar mi historia desde mi punto de vista que no es mejor ni peor que el vuestro, simplemente es el mio. No me importa si me juzgáis o no. Las cosas son así y hay cosas que por mucho tiempo que pase siempre seguirán igual.

Mi nombre es Carmen, nací un 27 de Enero de hace 21 años. Soy la pequeña de tres hermanos. Y mis progénitores me engendraron después de que mi tía tuviera a mi prima. Vamos, que soy una especie de envídia cochina producida por el nacimiento de una criatura.

Desde bien pequeña he recibido mucho cariño por parte de mis hermanos, sobre todo de mi hermana. Que la quiero como si fuera mi madre. Me he sentido siempre muy protegida por todos y he de decir que he sido la consentida de mi casa.

Estuve ingresada en el hospital 15 días, que para mi fueron los más eternos de mi vida. Por esa época creo que yo tenía 4 años y cumplí 5 allí. Antes, en los hospitales no dejaban quedarse a los padres a dormir. Por lo cual noche tras noche me quedaba sola, siempre le decía a mi madre que se escondiera en la taquilla para que no la vieran y así poderse quedar conmigo. Pero ella, sin más remedio, aprovechaba que me quedaba dormirda para irse a casa. Pero noche tras noche, cuando venían a cambiarme el suero, me despertaba y lloraba desconsoladamente al ver que mi madre no estaba. Se ve que les daba pena y las enfermeras me llevaban al control donde me dejaba allí viendo la tv con ellas hasta que me volvía a dormir. Recuerdo que el día de mi cumpleaños mi madre me regaló una muñeca que iba con accesorios médicos y ¡hasta se le podía oir el corazón!

Cuando salí del hospital volví a hacerme pis en la cama y le cogí un miedo atróz a la oscuridad y a separarme de mi madre. No había manera de que me quedara a dormir en casa de nadie y cuando valiente de mi lo intentaba, siempre me tenían que devolver a mitad de la madrugada porque me ponía mala. Tuvieron que pasar muchos años para que empezara a separarme de mi madre y empezar un poco a hacer vida normal.

Creo que esa vivencia es la primera que recuerdo de mi vida, me marcó mucho, hasta los 7-8 años. Y creo que es una de las cosas que más me han influido para ser la persona insegura y miedosa que soy ahora.

Nunca he sido una persona muy estudiosa y he sido más bien vaga. Me ha costado mucho sacar los cursos y cada vez que podía me escaqueaba de las tareas del colégio. Pero creo que ha sido más bien por la inseguridad que tenía hacía mi misma.

Me he dado cuenta con el paso del tiempo que aunque yo quiera creer, y hacer creer a los demás, que soy una chica fuerte y algo rebelde, en verdad es solo una coraza que me he puesto yo misma para esquivar el daño que me pueden hacer los demás y que en realidad soy muy sensible y vulnerable. Carezco de buenos amigos y tiendo a ir perdiendo personas que yo creía importantes, pero que en realidad no lo eran tanto. Llevo la coraza llena de arañazos, tanto por dentro como por fuera. Los de fuera han sido producidos por sucesos que han ido dejando huella en mi y que si no hubiera llevado la coraza hubieran podido llegar a ser incluso mortales. Y los internos son los que yo he hecho intentando escapar de mi propia vida.

Quizás algún día salga de este lio de vida que 'por h o por b' me he creado, y ya es hora de que empiece a no intentar contentar a los demás y hacer lo que realmente yo quiero. Debo dejar atrás el miedo a decepcionar a los demás y no decepcionarme a mi misma. Que al fin y al cabo, la que convive con mis decisiones, inseguridades y fallos soy yo.

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